sábado, 28 de junio de 2008
Grease Basics
jueves, 26 de junio de 2008
Lubricantes Sintéticos

martes, 17 de junio de 2008
Indice de Viscosidad
El valor que determina la correlación existente entre la viscosidad de un aceite lubricante y la temperatura, es el Índice de Viscosidad (IV). De modo práctico, pudiéramos entender al índice de viscosidad como un número que refleja cuánto podrá variar la viscosidad del lubricante ante los cambios de temperatura, correspondiendo los mayores valores a aquellos aceites que presentan menor variación.
Este indicador, se obtiene a través de un ensayo de laboratorio, en la cual se contrastran los valores de dos aceites patrones (*) versus el lubricante que deseamos evaluar. Sin entrar en mayores consideraciones matemáticas, el número final se obtiene luego de ser aplicada la siguiente fórmula:

domingo, 15 de junio de 2008
En Búsqueda del Aceite Hidráulico Ideal
lunes, 9 de junio de 2008
Monitoreo del Lubricante

Durante mi ejercicio profesional, además de satisfacer las necesidades de lubricación de los equipos de mis clientes, trato de añadir la mayor cantidad de valor agregado posible a
Algunas personas o empresas no aprecian esta oferta. Desestiman el valor intrínseco de la información relativa al lapso de vida de un lubricante o al valioso testimonio aportado por sus partículas en suspensión. En el primer caso, podemos maximizar los períodos de cambio, logrando ahorros en los costos. También, podemos extender la vida útil del equipo reponiendo el lubricante antes de que éste merme su potencial de trabajo al evitar que se opere en condiciones desfavorables. En el segundo caso, y a través de la lectura de las partículas en suspensión, el análisis del lubricante puede contar una historia de lo que acontece con nuestro equipo. En oportunidades, este relato pone en evidencia situaciones, que una vez han sido prevenidas, pueden constituir ahorros significativos en materiales y tiempos por paradas innecesarias. En equipos críticos, disponer de un monitoreo programado y adecuado, puede resultar en enormes ventajas y economía, ya que permitirá la detección temprana de fallas y el aumento en la confiabilidad de operación.
A continuación, algunas de las pruebas realizadas a los lubricantes y que pueden ayudar a prevenir situaciones no deseadas:
Agua: Su presencia, aunque inevitable, es totalmente indeseable en cualquier valor. Existen parámetros de tolerancia al respecto según cada aplicación.
Viscosidad: Dicho en términos llanos o sencillos la viscosidad es la resistencia que opone un fluido a su movimiento a una determinada temperatura. Su dilución puede indicar contaminación con combustibles.
Conteo de partículas: Esta prueba determina el tamaño de partículas o la cantidad de agentes contaminantes sólidos presentes en el aceite. Es una especie de lectura de los niveles de limpieza y permite comparar contra los valores de contaminantes tolerables o especificados por los fabricantes del equipo para su óptimo funcionamiento.
Análisis de Metales: Este ensayo puede determinar la presencia de partículas, originadas por el desgaste normal de los componentes del equipo o máquina, así como de otros metales contaminantes.
Análisis Infrarrojo: Evaluación que permite identificar los compuestos orgánicos presentes en el lubricante; es decir: nivel de oxidación; agua; glicol; nitración; sulfatación; combustible u hollín.
Basicidad: Capacidad de neutralización que tiene el lubricante para contrarrestar la acción de los ácidos provenientes de la combustión en equipos y motores. Se le entiende como la reserva alcalina del aceite.
Acidez: Es el grado de acidez total presente en el lubricante formados en el proceso de oxidación del mismo. Se incrementa con el envejecimiento del aceite.
miércoles, 4 de junio de 2008
Mezclas de Lubricantes

Mezclas de Lubricantes
Alex Yomar Istúriz León
Junio 2008.
Los usuarios siempre preguntan sobre las consecuencias de mezclar aceites lubricantes. En primer lugar debemos precisar que estos productos tienen propiedades y características muy específicas que les permiten operar de manera satisfactoria en aquellas aplicaciones para las cuales fueron diseñados.
Los lubricantes son confeccionados a partir de bases obtenidas de la refinación y/o síntesis de hidrocarburos, pudiendo resultar en aceites minerales o aceites sintéticos. Los últimos, tienen una mayor resistencia a la oxidación y un mayor costo de producción por requerir, también, mayor tecnología en su manufactura.
Aceites de viscosidades diferentes, al ser mezclados, pueden arrojar resultados imprevistos.
Cada aplicación en particular requiere de determinado lubricante y una viscosidad específica. Los materiales a lubricar, la temperatura y grado de contaminación del medio ambiente infieren de modo directo en la escogencia del aceite. Otros factores propios de la aplicación (torque, velocidad, potencia, etc.), obviamnente, también inciden en la selección. Los fabricantes de los equipos, generalmente, consideran todas estas variables y sugieren el producto y la viscosidad correcta a utilizar; así como sus alternativas, en caso de existirlas.
Los paquetes de aditivos que se agregan a los lubricantes imprimen características importantes de acuerdo a las exigencias en su utilización. Debemos recordar que los aditivos son productos químicos que se añaden de manera balanceada; y que cada uno de estos puede inhibir la acción de los otros, al romperse el perfecto equilibrio formulado en su diseño. En otras palabras, y tomándolo sólo como ilustración, el paquete de aditivos de un aceite lubricante para sistemas hidráulicos dista mucho de la formulación de aditivos colocada en un aceite para engranajes.
Las normativas nacionales e internacionales establecen parámetros y niveles de calidad que las empresas de marcas reconocidas de lubricantes acatan con rigor. La miscibilidad es una propiedad requerida y permite que los aceites puedan ser mezclados. Ejemplo: un aceite automotriz API SL, de viscosidad SAE 15W40 de una marca respetable cualquiera debe ser compatible con otro aceite de otra marca con iguales características.
Finalmente, y en contraposición con lo supracitado, las tecnologías empleadas por los fabricantes de lubricantes suelen ser distintas. En algunos casos, estas diferencias pueden ser las responsables de precipitados o sedimentos en los depósitos de los motores.